MANUEL MENDIVE HOYO
“... mis pinturas son una prolongación de mis creencias. A mí me alimentan creativamente los dioses.”
Manuel Mendive, 1989
(La Habana, 1944) quiso representar desde su infancia el mundo que le rodeaba, descubrió su entorno familiar por el aliento de su madre y percibió imágenes pertenecientes a la religiosidad popular y al sincretismo religioso afrocubano. Se graduó en la Escuela de Artes Plásticas San Alejandro en el año 1963, y un año más tarde presenta su primera exposición personal. El análisis de su obra nos conduce al estudio de una iconografía en la cual afloran los símbolos surgidos de la representación plástica de los orichas. En la década de los años sesenta inició la recreación de los Patakis de la religión yoruba, mediante los cuales plasmó el sentido primigenio, de revelación, a través de pinturas, sobre madera, creó sus propios símbolos, evocando las representaciones arcaicas de los orichas y su noción principal con el sentido primigenio de cada figura.
En los años setenta abordó temas de la historia, en la serie “Los Negros Esclavos”, del año 1975, presentó obras como Barco Negrero, El Palenque, La quema de Bayamo así como escenas de la vida cotidiana. En estas piezas, realizadas en la técnica de plaka sobre madera, predominaba el colorido intenso, las composiciones en planos compositivos en las que incorporó personajes surgidos de los Patakis, desde los propios orichas, como Elegguá, Oggún, hasta la imagen de Ikú (la muerte), Afefé Ikú, el viento que trae la muerte y las representaciones de las plantas y anima- les humanizados.
Por la portación a la plástica, Mendive ha creado en diversos soportes, ha realizado pintura sobre lienzo, sobre tronco de palma real, ha realizado esculturas en madera, en textiles y formas donde integró las fibras, los cauris, fragmentos de maderas, y los textiles para lograr esculturas en bronce que proyectan la riqueza de la textura en el material definitivo.
Como artista ha expresado el sentido de su obra: “Los elementos de la cultura afro-cubana son el estímulo y el alimento para hacer mi gran discurso, la muerte, la vida y todo lo que hay en ellas, el bien, el mal y los momentos más bellos, conocer todo lo que está en nosotros. Yo vivo con mis ancestros y con mis dioses. Larga vida al mundo, Ashé.”
Guillermina Ramos Cruz, 2012
“... my paintings are an extension of my beliefs. The gods feed my creativity.”
Manuel Mendive, 1989
Manuel Mendive Hoyo (Havana, 1944) from the time he was a child wanted to represent the world around him. He discovered the family circle with his mother’s encouragement and saw images from popular religions and Afro-Cuban religious syncretism. He graduated from the San Alejandro School of Fine Arts in 1963, and a year later had his first one-person exhibition. The analysis of his work leads us to study an iconography in which the symbols arising from the artistic representation of the orichas come forth. In the 1960s he began to reproduce the stories of Yoruba religion, through which he conveyed an original sense of revelation. Through his paintings on wood he created his own symbols, evoking the archaic representations of the orichas and their main idea together with the original sense of each figure.
Mendive has produced his art in several media, including painting on canvas and on royal palm trunks, sculpture in wood, textiles into which he has integrated fiber, cowrie shells, wood fragments, and cloth, which were then cast in bronze, projecting a richness of texture on the final material.
As an artist he has explained the meaning of his work: “The elements of Afro-Cuban culture are a stimulus and sustenance for my larger discourse on death, life, and all there is in them: good, evil, and the most beautiful moments, to know everything that is inside us. I live with my ancestors and my gods. Long live the world, Ashé.”
Guillermina Ramos Cruz, 2012