...la pintura de Julia Valdés se ha convertido en un universo pleno de insinuaciones. La sugerente naturaleza de su obra emerge de la confrontación entre nuevos gestos, materialidad ascendente y tensión dramática, elementos que han definido la paulatina transfiguración de su discurso abstracto. El dibujo profuso que por mucho tiempo caracterizó su proceder, unas veces convertido en hilo conductor de la escena y otras cual identidad caligráfica con rango semejante al resto de las acciones pictóricas, ha cedido paso a otro modo de componer el corpus de la representación.
(...) Con anterioridad, la pintura de Julia Valdés bosquejaba ambientes, y en muchos de estos podían intuirse una ciudad y los cuerpos de la gente que la habitaba. Esas trazas perdieron visibilidad al ganar protagonismo los ámbitos diurnos de sobria evanescencia, modo personal de reverenciar, desde el experimento abstracto, la tradición del paisaje de su natal Santiago de Cuba. Cadencia, suavidad y calma fueron atributos que acompañaron la delicadeza común a su pintura, condición femenina tal vez sutil pero que se percibía además en el modo de disponer transparencias, elegir y manejar los requerimientos cromáticos y de bordar presencias con el dibujo en las telas, así como en el habitual descentramiento con que dispersaba fuerzas, ofreciendo vital serenidad y cálida energía.
Ilustrar el camino recorrido por Julia Valdés llevaría a sopesar su inicial oscilación entre lo figurativo y lo abstracto, las funciones del dibujo a lo largo de su desempeño artístico; de un rol casi esencial hacia un desempeño subordinado en su insinuación tras las manchas, en sus derredores o en su tímida aparición en el interior de las veladuras, en tanto su paleta cambiaba el rumbo de sus preferencias cromáticas o se iba en pos de asuntos que fueron sus motivaciones. Esta ruta – que en algún momento deberá ser reconstruida – entraría a dirimir el ritmo ascendente de su discurso, precisando las etapas que conforman el conjunto de su obra, acción que escapa a esta crónica cuyo destino resulta una posible lectura de su producción mas reciente.
Caridad Blanco de la Cruz, 2011
Julia Valdés’s painting has become a universe full of innuendo. The suggestive nature of her work emerges from the confrontation between new gestures, increasing materiality, and dramatic tension—elements that have defined the gradual transformation of her abstract discourse. The profuse drawing that long characterized her work, at times becoming the connecting thread of the scene and at other times as a calligraphic identity with a position similar to other pictorial actions, has given way to another way of composing the corpus of representation.
(...) Previously Julia Valdés’s painting sketched out environments, and many of them one could intuit a city and the bodies of the people in it. These traces faded from view as the somberly evanescent daytime environments gained prominence, which was her personal way of expressing reverence, in the abstract experiment, for the traditional landscape of the Santiago de Cuba of her birth. Cadence, softness, and calm were attributes that ac- companied the delicacy common in her painting, a feminine trait perhaps subtle but which could also be perceived in her way of arranging transparencies, choosing and manipulating chromatic requirements, and placing drawings in her paintings, as well as in the usual decentering by which she dispersed forces, offering up vital serenity and warm energy.
Illustrating the path Julia Valdés has taken would involve weighing her initial oscillation between the representational and the abstract, and how drawing has functioned in the course of her artistic career: from an almost essential role moving to a subordinate function by being inserted into spots, on the perimeter, or timidly appearing within concealed spaces, as her palette changed the course of her chromatic preferences or were subordinated to other topics that came to motivate her. That trajectory—which should be reconstructed sometime—came to show the ascendant rhythm of her discourse, indicating the stages of her work as a whole. Such a task is beyond the scope of this chronicle, the purpose of which is to provide a possible way of interpreting her more recent production.
Caridad Blanco de la Cruz, 2011
proyecto y curaduría:/project concept and curator: Alejandro de la Fuente
Agradecemos a la Fundación Ford por su apoyo para este proyecto /
/ Thanks to Ford Foundation for their support for this project"
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