"Yo no tengo proyectos sino necesidades. Pintar es tan necesario para mí que puedo ponerme histérica y enloquecer si me paso un tiempo sin pintar o sin dibujar. O sin bordar. Yo normalmente cuando nada se me ocurre, preparo pedacitos de canvas y los dibujo o los bordo..."

Clara Morera, 2011

Clarita empieza por los orígenes; con un mundo caótico y promiscuo. Su primera exposición es una semilla: un pequeño caos que busca su equilibrio entre la pintura primitiva y occidental, entre los símbolos y los valores plásticos, entre lo blanco y lo negro de la cultura cubana.

Es la pintura de una voluntad, a pesar de los obstáculos, escasez de materiales y espacio, formación rudimentaria y necesidad de expresión.

Una lucha con un material que se resiste y se entrega; una pintura violenta, caótica, elemental.

Edmundo Desnoes, 1969

Amo la pintura de Clara Morera, pintura a la vez violenta e innovadora, lírica y misteriosa, que muestra a todas luces las cosmogonías africanas, donde ella alterna la vitalidad y la presencia de los amaneceres.

Aimé Césaire, 1969

Claudia Clara Morera Cabrera (Camagüey, 1944) viene desde un contexto rural a la capital para realizar su proyecto de crear. Cursó estudios en San Alejandro y en la década de los años sesenta, empezó a exponer su obra pictórica. Sus vivencias en la primera fase de su vida, hicieron factible una valiosa formación cultural. Su obra ha sido descrita y valorada desde la poesía, desde la valoración antropológica y desde la percepción de la cultura tradicional. Fundadora ella misma de mitos populares, los ha recreado en las artes plásticas, mediante la pintura, los tapices en textil y los ensamblajes en técnica mixta. Su temática aborda las presencias múltiples de la religiosidad popular cubana y caribeña y las explora desde las visiones sincréticas, oficiando ella misma en las ceremonias propiciatorias para hacer germinar el buen augurio desde las Cartas o haciendo blandir la Espada de santa Bárbara-Changó en sus lienzos.

Guillermina Ramos Cruz, 2012